“El Estado debería premiar por hacer actividad física”

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Enfocarnos en la práctica deportiva y la actividad física nos permite, entre muchas otras cosas, repasar premisas fundamentales para el trazado de políticas públicas en salud. Decisiones estratégicas con vistas al mediano y largo plazo, inversión social en promoción y una mirada generacional y fresca sobre la formación de los profesionales de la salud son algunos de los temas que abordamos en esta nota con el multifacético Juan Manuel Herbella.

Juan Manual” lo llaman sus amigos. Y es que la trayectoria de Juan Manuel Herbella es, cuanto menos, admirable. Deportólogo y periodista, se dedicó al fútbol profesional, tanto en el país como en el exterior, hasta el año 2011. Hoy reparte sus horas en el ámbito universitario como profesor e investigador. Seguramente a este amplio recorrido se deba su interesante perspectiva en salud pública y actividad física.

¿Cómo ves las políticas públicas en relación al deporte y la actividad física?

En primer lugar haría una disquisición: el concepto de deporte no es lo mismo que el concepto de actividad física, hay una diferencia muy grande. La actividad física es cualquier ejercicio, cualquier actividad que aumenta la demanda metabólica del individuo. Esto se puede alcanzar sin hacer deporte, es más, las actividades de la vida cotidiana que nos empujan nos podrían orientar a realizar actividad. Hoy en día se considera actividad física no formal caminar hasta el colectivo, subir una escalera o barrer la vereda. Todo lo que está vinculado al traslado, a la posibilidad de moverse, a la posibilidad de hacer una actividad física que antes nosotros hacíamos con frecuencia y que ahora la gente hace cada vez menos. Por otro lado, el deporte es exclusivamente la práctica de un juego, reglado, competitivo. Entonces incluso hay actividad física que no es para el hogar y que tampoco forma parte del deporte. Por ejemplo, si yo voy al trabajo y elijo ir en bicicleta: hacer ciclismo es un deporte, pero ir al trabajo en bicicleta es actividad física. Esto es lo que tendríamos que fomentar.

¿En tu opinión como se encuentra la situación en materia de promoción de la actividad física en nuestro país?

Estancada. No veo progreso. Veo que se hacen medidas desarticuladas. Para mí, el sistema de bicicletas en Ciudad de Buenos Aires es muy bueno, pero cada vez está peor distribuido. Si uno mira dónde están los puestos de EcoBici, los encontrás todos en zona norte. No hay puestos en la zona sur de la ciudad. Están muy bien distribuidos en el centro y en zona norte, pero en el sur no hay o están vacíos. Y solo estamos hablando de la Ciudad de Buenos Aires. Es un ejemplo que podría perfectamente haber mutado y haberse expandido, incluso utilizando un sponsor y que se mantenga bien y vos lo tengas para todo el público y especialmente para los que menos tienen. Porque si uno mira la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo y las anteriores también, nos encontramos con que la gente de bajos recursos está mucho peor que la de otros sectores, producto de una malnutrición debido a que los alimentos baratos son los alimentos procesados llenos de hidratos de carbono y con pocas proteínas y fibras.

¿A qué responde esta diferencia?

A una decisión estratégica, a una decisión de quién me vota. La verdad no lo puedo explicar pero me imagino que tiene que ser por eso. Es ilógico. Debería privilegiarse a los sectores más vulnerables que son los sectores más inactivos porque tienen menos posibilidad de encontrar en el ocio rentado una salida. Porque los que sí tiene acceso al ocio rentado, los que pueden pagar la cuota del club seguramente van a tener menos inconvenientes. Entonces, los que no pueden pagar una cuota y no pueden salir a la calle porque jugar en la calle es otro dilema, terminan encontrado un entorno menos favorable y más proclive a sedentarismo.

¿Cómo ves la política pública en relación a la promoción en el deporte?

Yo creo que hubo ideas que nunca se llegaron a concretar. Es una lástima que la ley del Deporte esté sancionada y no implementada por no estar reglamentada. Hay cosas que proponía la nueva ley que están muy buenas, como generar un entorno en donde ir al club sea ventajoso para la familia, que lo acerque. Porque si las personas se acercan a las entidades deportivas justamente se alejan de los lugares más vulnerables.

No es una novedad que el deporte es una fuente de contención enorme, que cuanto más tendiente al deporte es el chico, menos hábitos contraproducentes tiene, ya sea hábitos de consumo de alcohol, drogas o tabaco. También contribuye en la adopción de pautas saludables de conducta. El deporte es un factor enorme para regular el ritmo circadiano de los pibes, para alejarlos de la noche constante y hacerlos despertar temprano. Es decir, las ventajas del deporte en el individuo son tantas que te diría que es difícil hacer una disquisición individual. El problema es no acercarlo a la población para que pueda tener una vida más sana, olvidarse, no darle la relevancia que debería tener. Yo creo que, en ese juego, por ahí últimamente se han visto muchos menos cambios, muchos menos progresos, muchas menos posibilidades de encontrar una salida para los que menos tienen.

¿Cuál es tu opinión acerca de por qué no se avanzó con esa ley? Y ¿por qué la política relacionada con los clubes de barrio tampoco avanza?

Creo que en la lógica del achique uno achica en todo y que en la medida en que va encontrando resistencias, afloja. El tema de las subvenciones a los clubes de barrio postarifazo es claramente una decisión vinculada fundamentalmente a que la gente se resistió. Si aumentás la tarifa del club que cumple una función social y los chicos no pueden ir, terminás acercándolos a la calle. También pasa que los clubes tienen algunos problemas que son estructurales, que es un trabajo a largo plazo que habría que dar. Por ejemplo, hay clubes que no tiene personería jurídica y no tienen ni balance. Hay que darle un marco normativo a todos y asistirlos para que puedan consolidarse como personas jurídicas y articular esa necesidad y ese servicio con el Estado. En un club de barrio vos perfectamente podrías articular un programa de sanidad como en las escuelas. Tener un control periódico de los chicos, tanto odontológico como cardiológico, vacunación. Todo eso que hacés en la escuela lo podés hacer y volcar al deporte. Principalmente la faz cardiológica porque en la escuela no te piden una evaluación cardiológica para dejarte entrar, pero para jugar al fútbol vos necesitarías, por lo menos, un chequeo general para ver cómo está estructuralmente el esqueleto del chico, ver si hay asimetrías, cualquier tipo de patologías de la infancia, detección precoz de pie plano, hasta escoliosis. Obviamente es un trabajo al que hay que destinar presupuesto.

“En la lógica del achique uno achica en todo y en la medida en que va encontrando resistencias, afloja. El tema de las subvenciones a los clubes de barrio postarifazo es claramente una decisión vinculada fundamentalmente a que la gente se resistió.”

 

Pensando en la integralidad en el desarrollo de políticas y en los determinantes sociales ¿puede ser que parte de los problemas con la promoción pública de actividad física y deporte esté relacionada con la mirada médico hegemónica y la incapacidad para articular con otros sectores de la salud y el Estado?

Si somos realistas sabemos que cuando nos formamos como médicos pensamos más en curar que en prevenir. La medicina del deporte es una medicina netamente preventiva, es una inversión que vos hacés para que después la demanda posterior sea menor. Los médicos tenemos la lógica del curar, estamos en la Facultad de Medicina y pensamos en la patología, pensamos en la bacteria y en el antibiótico que ataca la bacteria. Nunca pensamos en cómo no enfermarse. Y en este caso además, el deporte no es un negocio, es un gasto. El negocio está en una farmacéutica, en prescribir. Como médico, puedo sugerir la práctica de ejercicio físico o recetar atorvastatina: para incentivar la prescripción de atorvastatina viene el visitador médico, pero para recomendar ejercicio no viene nadie. Yo estoy escribiendo mi tesis de doctorado vinculada a este tema: ¿cuánto saben los médicos de actividad física para la salud? ¿cuánto saben del tipo de ejercicio que tienen que orientar? ¿saben las normativas, conocen las nuevas leyes del deporte, cuáles son sus beneficios? También hay que incluir a los profes en el equipo de salud, formarlos para que entiendan la lógica de la enfermedad.

“El deporte no es un negocio, es un gasto. El negocio está en una farmacéutica, en prescribir.”

 

¿Cuáles son las líneas sobre las que debería trabajarse?

Creo que hay distintas cosas. Recursos humanos, que no es solamente el profesor de educación física, sino algo más amplio.  ¿Cuánto sabemos del ejercicio y de la prescripción del ejercicio? Yo soy docente en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), donde estamos dando una orientación hacia actividad física para la salud a los profesores de educación física y soy docente del posgrado, que da la Ciudad de Buenos Aires junto con el hospital Ramos Mejía, vinculado a Nutrición y Deporte y me pregunto: ¿cuánto saben las y los nutricionistas sobre qué tipo de actividad física y qué orientación para bajar de peso se necesita dependiendo de lo que busque cada paciente? Creo que sabemos poco. ¿Cuánto sabe el médico de sistemas energéticos, de qué tipo de trabajo hay que hacer con cada una de las patologías? Es decir, por un lado el recurso humano, por otro lado, creo que es fundamental la infraestructura. En la ciudad de Buenos Aires las estaciones de salud, que hacen que la gente vaya a los parques, corra alrededor, se mueva y haga ejercicios de fuerza, son algo muy bueno. Por otro lado, las políticas tienen que tender a acercar, como iba a ser la asignación universal por deporte. El hecho de que el Estado quiera que vos hagas actividad física, que te premie si vos vas y hacés. La realidad es que hoy el Estado debería premiar por hacer actividad física porque claramente la plata invertida en que la gente se mueva es menos plata para gastos en el sistema de salud. Las encuestas sobre factores de riesgo muestran que nuestra población es cada vez más sedentaria, pese a que todos sabemos que la actividad física es buena.

¿Creés que los médicos deberían prescribir actividad física de la misma manera que un fármaco? ¿Cuál es el marco que se le debería dar a la actividad física en el abordaje del equipo de salud?

Es indefectible. Sería iatrogénico no evaluar al paciente y consultarlo sobre su nivel de actividad física. Un médico que a su paciente no le consulta sobre su nivel de actividad física, no le notifica sobre cuáles son las ventajas de la actividad física y no le recomienda cuánto tiene que hacer, está haciendo iatrogenia. (Nota del entrevistador: Iatrogenia es aquel daño producido por la acción médica.)

¿Cómo ves el sistema de formación de profesionales de la salud en relación a este tema?

En la UMET, en el profesorado de educación física, soy titular de la materia Promoción y Prescripción del ejercicio para la Salud; en la Facultad de Medicina de la UBA doy Salud Pública. El médico graduado no tiene una clase, dentro de la currícula obligatoria, que sea promoción y prescripción de la actividad física. Esto es una respuesta gráfica de cuál es la importancia y la relevancia que le damos a un factor fundacional como individuos, y que todos reconocemos como positivo, en la formación del profesional médico.

¿Cuál es el camino para revertir esta situación?

Poner actividad física y salud en las currículas de todo el mundo. Se ha modificado mucho en los últimos años. Hace cien años no teníamos el problema de que la gente no se moviese. Porque el trabajo era manual, no estaba robotizado, no existía lo digital, vos ibas al mercado, vos te movías, no tenías problemas de jugar en la calle. La vida era llevada sin que las máquinas condicionaran el quehacer diario. Si me preguntas a mí, pienso que la currícula no se aggiornó como sí lo hizo en otros aspectos. Hace algunos años no te daban informática médica, no estaba bioética como materia, nadie veía una corrida electroforética. Hoy en día se ven corridas de ADN. Entonces la facultad se fue adaptando pero todavía no lo hizo con estos otros cambios: a tener una sociedad cada vez más sedentaria, individualista, poco colectiva, insegura y tendiente al reposo absoluto.

¿Cómo ves la cuestión de género en el tema de las posibilidades de hacer deporte?

En relación al deporte somos un país netamente machista. Después del hockey, hay pocos deportes masivos para las mujeres. Hay cosas que van cambiando. Yo creo que la inclusión en el deporte es mayor pero aun así no se puede hablar de igualdad. Por ejemplo, en Estados Unidos es obligatorio que por cada dólar invertido en una universidad en deporte masculino, hay que invertir un dólar en deporte femenino, por eso ellos tienen tan desarrollado el fútbol femenino. Es además, la posibilidad de conseguir logros deportivos para el país, en un deporte que para los hombres, por distintas razones, es mucho más difícil. Ellos encontraron un lugar de inversión para cumplir con esta determinación política de igualdad de inversión y eso generó el boom de los últimos veinte años del fútbol femenino. En Argentina no está la determinación de una misma inversión para el deporte femenino y masculino, no existe una reglamentación de ese tipo. Además, no hay un deporte en la Argentina que sea más redituable para una mujer que para un hombre.

 

· Juan Manuel Herbella ·

Ex-futbolista profesional. Es médico y docente en UBA y titular de la materia “Promoción y prescripción del ejercicio para la salud” en la UMET. Especialista en medicina del deporte y salud pública, también es periodista y comunicador.

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