TRABAJO DOCENTE Y SALUD

Un enfoque de género*

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En el mundo laboral las mujeres necesitan políticas de prevención específicas sobre salud. A su vez, los varones deben procurar políticas que los incluyan en la crianza de sus hijos/as. La tarea implica un desmantelamiento de los modelos patriarcales y discriminatorios que tan naturalizados siguen en nuestra cultura laboral y comunitaria.

Luego de años de estudio e investigación sobre las condiciones de trabajo docente y su impacto en la salud, nos ha parecido que existe un aspecto que no ha sido emprendido en profundidad. Se trata del enfoque de género al abordar la problemática de las condiciones de trabajo y salud. Este es un tema a tratar en un gremio con mayoría femenina como es el nuestro, ya que, según el último Censo Nacional Docente, 8 de cada 10 trabajadores/as de la educación son mujeres.

Compartimos las opiniones vertidas por Natividad Alonso Elvira, responsable de la Sección Sindical de STes de la Universidad de Valladolid, quien dice: “hablar de salud laboral y género implicará hablar de salud y los riesgos laborales a los que se exponen las mujeres y los hombres cuando asumen cualquier esfuerzo para la realización de una tarea, (…)analizando los nuevos riesgos y las diferentes formas de enfermar debido a las diferencias biológicas, fisiológicas y sociales entre hombres y mujeres.”

Entendemos que los enfoques preventivos tradicionales en cuanto a riesgos del trabajo y enfermedades profesionales pueden llegar a subestimar los riesgos específicos para las mujeres. Según un informe realizado por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, las mujeres sufren más estrés laboral, enfermedades infecciosas, trastornos de las extremidades superiores, enfermedades de la piel, asma y alergias, además de otras relacionadas con la salud reproductiva, como abortos y partos prematuros; los hombres sufren más accidentes, dolores de espalda y pérdida de la capacidad auditiva. Coincidimos en que “las discriminaciones de género están socialmente aceptadas y que cantidad de mujeres se culpabilizan de su falta de salud. Han asumido el rol asignado y se han convencido de que lo que hay que hacer es seguir adelante. Se ha educado a las mujeres en la idea de que hay que sufrir y saber aguantar, hay que desgastarse, en bien de la familia o la comunidad, la última siempre ella.”

Las señaladas son discriminaciones que debemos interpelar y desnaturalizar; estereotipos que podemos cuestionar y accionar para modificarlos desde nuestro rol como educadores/as y como trabajadores/as.

En la docencia, los factores de riesgos del trabajo pueden parecer comunes tanto a hombres como a mujeres. Pero por las razones antes mencionadas en cuanto a las diferencias biológicas, fisiológicas y sociales, estos impactan de forma distinta en las mujeres, sobre todo aquellos factores sociales que tienen que ver con la responsabilidad en la organización doméstica y familiar. “El trabajo doméstico y reproductivo, no remunerado, realizado básicamente por las mujeres y caracterizado por la realización de tareas que tienen que ver con la atención y con el cuidado de las personas que conviven en una unidad familiar, está socialmente aceptado como algo sencillo y natural, que no implica riesgos y que no produce enfermedades laborales; este tipo de trabajo no catalogado y que se adjudica de forma mayoritaria a las mujeres, las somete de forma injusta a una doble jornada que además no está considerado, ni pagado, ni en la mayoría de los casos agradecido.”

Maternidad y lactancia ¿derecho solo de las mujeres?

Desde nuestro sindicato, hemos protagonizado importantes acciones reivindicativas y de lucha sobre nuestros derechos como mujeres trabajadoras.

La justeza y contundencia del reclamo sobre el derecho a la maternidad y al trabajo para las compañeras docentes en situación de reemplazantes y el derecho a la hora de  , para todas las compañeras docentes de todos los niveles y modalidades hasta el año de vida del niño/a, han sido parte de conquistas colectivas de lucha. 

La justeza y contundencia del reclamo sobre el derecho a la maternidad y al trabajo para las compañeras docentes en situación de reemplazantes y el derecho a la hora de amamantamiento han sido parte de conquistas colectivas de lucha.

La pelea que ejercimos desde el sindicato por el derecho a la maternidad y el trabajo, en el caso de la docente C.I. en el año 2009, a quien no se le otorgaba la licencia por maternidad por no tener 60 días como reemplazante en el mismo cargo, significó un ícono importantísimo cuando se debió interpelar el régimen de licencias, permitiendo que luego de ella, muchas otras compañeras conservaran su trabajo, salario y obra social.

Recordemos que en nuestra provincia de Santa Fe el docente varón tiene solo dos días por vez por nacimiento de hijo; esto refleja una clara política pública que refuerza los modelos estereotipados de mujer y varón, otorgándoles a ellos un lugar desfavorecido respecto de la atención de sus hijos/as.

Por el contrario, desde la OIT se plantea “desmantelar el paradigma del hombre que trabaja y no tiene responsabilidades domésticas y de la mujer vista como participante -secundaria- en la fuerza laboral”, precisamente “con la ayuda de las políticas públicas”.

Diana Maffía, en su conferencia “Género y política” del 7 de marzo de 2008, nos ayuda a pensar sobre las desigualdades entre varones y mujeres respecto de la lactancia: “la mujer tiene horas libres por día de lactancia, incluso si la lactancia es artificial; los varones ni uno. ¿Qué tiene que pasar para que un varón lo pueda hacer? Estamos hablando de lactancia artificial, es decir, no estamos hablando de una diferencia anatómica, no estamos hablando del hecho de que las mujeres tenemos esta posibilidad maravillosa de nutrir y mantener a un ser vivo durante una año solamente con lo que producimos con el cuerpo. Eso es algo misterioso, ya lo hice y todavía no sé cómo fue lo que ocurrió. Estoy hablando de dar un biberón, de dar una mamadera. ¿Los varones no pueden, salvo que la mujer esté ausente? ¿Él tiene que dar prueba fehaciente de la imposibilidad de que sea la mujer la que da el biberón? ¿Qué clase de construcción de estereotipo estamos haciendo, qué estamos construyendo como mujer doméstica, como única responsable de la familia, como única responsable de la crianza, como única responsable del trabajo emocional, que es un aspecto de cualquier otro tipo de trabajo? Todo trabajo necesita esa trama de sostenimiento emocional, que en general hacemos las mujeres como transferencia de este rol doméstico.”

Nuestra tarea es ardua, el camino junto a nuestros compañeros docentes debe ser por lograr mejores condiciones para todas y todos. Las mujeres necesitan políticas de prevención específicas sobre salud, pero los varones también deben procurar políticas que los incluyan en la crianza de sus hijos/as, en el compromiso con las tareas domésticas para lograr desmontar prácticas de sometimiento a modelos patriarcales y discriminatorios.

Porque entendemos que mejorar las condiciones de trabajo implica, entre muchas otras cosas, lograr mayor concientización de las mujeres sobre nuestros derechos y la defensa de nuestra salud como personas  y que así se nos reconozca, como también darle mayor relevancia de las problemáticas de género en nuestras organizaciones políticas, sindicales y sociales.

* Si bien este artículo fue escrito y publicado en el año 2010, en la publicación “Condiciones de Trabajo y Salud Laboral” de la Secretaría de Asuntos Sociales de AMSAFE Delegación Rosario, no ha perdido actualidad y por lo tanto, entendemos que vale la pena volver a publicarlo.

· Griselda Cardozo y Daniel Couselo ·

Griselda Cardozo es Licenciada en Trabajo Social, Maestra y Vicedirectora de la Escuela N°117 “Islas Malvinas” – Rosario.

Daniel Couselo es docente; representante de la Dirección Provincial de Bienestar Docente Zona Sur del Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe; ex Secretario Seccional de AMSAFE Rosario; ex Secretario de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo de la CTA de lxs Trabajadorxs Regional Rosario e integra el Observatorio de Salud de los Trabajadores- ObSaT.