07/11/2018
Pioneros en la nueva oleada golpista y antidemocrática que ya está haciéndose con el control de casi toda Latinoamérica, Honduras tuvo el primer golpe mediático-judicial desarrollado por las oligarquías locales y americanas conducidas por los poderes centrales del Imperio. Todavía existía la UNASUR y lxs presidentes de ese momento no dudaron en caracterizarlo como un golpe de estado y advertir sobre sus consecuencias.
Así, desde 2009 Honduras es un país intervenido. Luego vendrían muchos otros, como Paraguay y Brasil, con mecanismos similares. En otros países la estrategia fue mediante mentiras flagrantes de los más diversos formatos y colores, que hegemonizaron la agenda de discusión ya no solo en los medios, sino también en la vida cotidiana de todxs. Lo que se consiguió, la causa de toda esta etapa predemocrática, es la reinstauración del neoliberalismo colonial en la región.
Este neoliberalismo está empobreciendo a nuestros pueblos. Se ve en Argentina, en Brasil, en toda la región. Cuando el neoliberalismo es el programa global, la democracia y el pueblo que se empodera, eleva su autoestima y siente que tiene derecho a vivir dignamente y con solidaridad son el obstáculo. Se puede sacrificar la democracia si permite garantizar la profundización de capitalismo salvaje.
La caravana que empezó con unas 120 personas saliendo desde San Pedro Sula el 12 de octubre ya alcanza más de 7000 migrantes, que llegaron a México atravesando tres fronteras y pronto estarán en la frontera de Estados Unidos. San Pedro Sula es una de las ciudades más pobres y violentas del mundo, con una pobreza que supera al 60% de la población y una tasa de homicidios de 51,18 cada 100 mil habitantes. Para tener una idea, en Argentina este indicador es de 6,6 cada 100 mil.
La caravana será usada sin dudas para presionar por izquierda y derecha al nuevo gobierno de México, que tiene la responsabilidad de intentar mostrar un nuevo camino económico y humanitario. También seguramente para reforzar las ideas xenófobas y racistas de Trump y de tantos gobiernos en Latinoamérica.
No se trata de una migración en busca de un progreso individual, en busca de un futuro mejor. Tampoco un abandono de una idea de Patria desgastada. Es un éxodo del neoliberalismo, de la violencia y muerte que produce.
La caravana de migrantes es un éxodo del neoliberalismo, de la violencia y muerte que produce.
Esta caravana nos obliga a hacer eje en un enfoque humanitario. La mayoría de las discusiones se tornan secundarias o fetichistas sobre la potencia del desastre producido por el orden neoliberal global. Que se trate de Honduras, el primero de este Plan Cóndor modelo siglo XXI, además nos debe alertar sobre el camino que nuestra región recorre, al que quieren llevar a cada uno de nuestros países y sus pueblos.
· Nicolás Kreplak ·
Médico clínico y sanitarista. Docente UBA y UNPAZ. Presidente de la Fundación Soberanía Sanitaria. Director Editorial Revista Soberanía Sanitaria.