Todos somos diferentes

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Una joven sorda contó con asistencia de una intérprete de lenguas de señas durante su parto. El acompañamiento se realizó, además, durante los controles y consultas de la madre hasta llegar al momento del  nacimiento del bebé. Se trata de una apuesta que busca el acceso a maternidades más igualitarias ampliando derechos.

En la provincia de Santa Fe, la red de servicios público/estatal de salud está conformada por centros de atención provinciales y por centros dependientes de los municipios. Incluye efectores sin internación (centros de salud, centros de atención ambulatoria, centros de diagnóstico o tratamiento), servicios con internación (hospitales con tres niveles de complejidad), una red de unidades móviles para atención a las urgencias y emergencias, y redes de soporte para el proceso de atención.

La Región 1, con Nodo en la ciudad de Reconquista, está situada en el sector noreste de la provincia; está comprendida por los departamentos General Obligado, San Javier y Vera y limita al norte con Chaco, al este, a través del río Paraná, con Corrientes, al oeste con la Región 2 y al sur con la Región 3.

El Hospital Central “Dra. Olga Stucky de Rizzi” se encuentra ubicado en la Avenida Hipólito Yrigoyen en la ciudad de Reconquista. Allí se realizó el primer parto asistido en la región con lenguaje de señas. Durante el proceso de control de preparto, parto y el puerperio,  se incorporaron intérpretes de lengua de señas, quienes intentaron facilitar el acceso de una joven sorda a información. Participaron activamente la comunidad médica del Hospital, la Subsecretaría de Inclusión de personas con Discapacidad, el Nodo de Salud Reconquista, y la Escuela para Sordos e Hipoacúsicos Nº 2061 con sede en la ciudad de Avellaneda.

“Las personas sordas conforman una comunidad lingüística minoritaria invisibilizada con la que convivimos diariamente. Participan de todas las actividades sociales, educativas, económicas y laborales, pero para poder hacerlo en igualdad de condiciones, muchos de ellos requieren de un intérprete de lengua de señas argentina, profesional formado y capacitado para ello, ya que saber lengua de señas no es sinónimo de ser intérprete, se requiere de años de estudio y preparación”, explica Silvana Serván, docente protagonista de la historia y vicedirectora de la Escuela para Sordos Nº2061. “La experiencia fue intensa. Que los médicos le permitan a la intérprete estar en la sala de parto y acompañar a la paciente fue inédito. Lograr que en las consultas el médico se dirija a la paciente, la mire a la cara, le explique cómo está, cómo está el bebé, cosas tan simples para los que podemos escuchar pero tan difíciles para quienes padecen sordera. De la misma forma, poder trabajar los temores de la madre, sus inseguridades, si va a poder darse cuenta si el bebé la necesita o no por ejemplo, los temores propios de cualquier mujer frente a la maternidad. En este caso, la intérprete era una persona de absoluta confianza de la paciente, porque era su docente”, relata Gustavo Quiroga de la Subsecretaría de Inclusión del Nodo Reconquista. Desde ese organismo venían trabajando en articulación con la Escuela y el Servicio de Fonoaudiología del Hospital desde hacía varios meses, fundamentalmente en la provisión de audífonos, pero es a partir de la entrada en vigencia del nuevo Código Civil que se estructura desde la perspectiva de protección de la persona humana y de sus derechos fundamentales introduciendo un nuevo paradigma en relación a la capacidad que se decide desde la Subsecretaría de Inclusión generar un grupo permanente de acompañantes a personas sordas capacitadas en lenguaje de señas. Este equipo facilita el acceso de las personas sordas a la justicia, educación, salud, seguridad social, entre otros derechos. El objetivo es presentar este proyecto en el Ministerio de Gobierno de la Provincia de Santa Fe para que sea transversal a todas las políticas públicas.

“Esos jóvenes a los que hoy acompañamos fueron nuestros alumnos y alumnas durante muchos años. Los conocemos mucho y siempre desde la escuela nos planteábamos la necesidad de seguir estando y apoyarlos más allá de la obligatoriedad escolar. A nuestros ex alumnos les pasan cosas: son madres, padres, tienen problemas con la justicia, necesitan hacer trámites en ANSES, en el banco, etc.”, dice Silvana. “Siempre colaboramos cuando se requería nuestra presencia para facilitar situaciones con las personas sordas, sobre todo con la justicia; hasta hace poco eso era ad honorem pero ahora se ha ido transformando en un trabajo y aspiramos a que se convierta en una política de Estado más amplia”, agrega.

La experiencia se ha ido complejizando y hoy desde la Subsecretaría de Inclusión para personas con discapacidad están avanzando en acuerdos con Centros de Capacitación de la zona para facilitar, a las personas sordas, el acceso al trabajo.

“Tenemos relación con colegas que son intérpretes en otras provincias y hasta ahora no se conoce una experiencia similar, tal vez la hay pero no se conoce. Este es un trabajo muy solitario y la articulación con las agencias del Estado no resulta fácil. Entender que el intérprete de señas es un profesional capacitado y que las personas sordas tienen derecho a ser acompañadas, en la accesibilidad a lo que por ser ciudadanos les corresponde, es una tarea compleja”, detalla la docente.

Gustavo y Silvana no disimulan el orgullo y la satisfacción de ser protagonistas de esta experiencia. Saben que falta mucho, pero también están seguros de que por algún lugar hay que comenzar. Y en eso están.

 

· Silvia González ·

Es licenciada en Psicología. Fue directora del Hospital Mira y López y de Radio Nacional Santa Fe. También se desempeñó en el equipo Salud Mental de Santa Fe.